Esta exposición propone una nueva interpretación de las relaciones entre clasicismo y modernidad en el arte de la primera mitad del siglo XX. Su clave está en la noción de forma. El formalismo, una posición teórica que privilegia la forma sobre el contenido en la obra de arte, fue determinante para el nacimiento del nuevo arte del siglo XX y para su ruptura respecto del siglo anterior. Por otra parte, el formalismo propició que una corriente muy importante de la modernidad se decantara hacia la búsqueda de un nuevo clasicismo en los años 1920 y 1930.