Pintor activo en el norte de Italia durante las primeras décadas del siglo XVI, su origen y etapa de formación son difíciles de construir; los pocos datos biográficos que se conocen son los que se han deducido de las firmas, fechas e inscripciones de sus obras. Se cree que pudo formarse en el taller de Giovanni Bellini, ya que sus primeras composiciones, pequeñas pinturas de tema religioso, muestran fuertes influjos de la obra del maestro veneciano y de sus seguidores. Algunos ejemplos de este primer periodo son La Virgen con el Niño, de 1502 (colección privada veneciana), y La Virgen y el Niño, de 1505 (Bérgamo, Accademia Cararra).

Bartolomeo trabajó entre 1505 y 1508 en la corte de los Este, en Ferrara. Durante esta etapa su pintura se vuelve más decorativa, y comienza a especializarse en el retrato. En 1512 pudo visitar Padua, pero hacia 1520 estaba ya establecido en Milán, ciudad donde gozó de gran fama y donde recibió múltiples e importantes encargos. Sus obras más conocidas son retratos de medio cuerpo de hombres jóvenes, vestidos con ricas y suntuosas ropas a la moda, como los que se encuentran en la National Gallery de Washington, en el Palazzo Barberini en Roma y en el Museum of Fine Arts de Houston; composiciones que destacan por la meticulosidad y detallismo con que están pintadas las telas y los distintos detalles decorativos de las vestiduras. En el Retrato de Ludovico Martinengo (Londres, National Gallery), de 1530, se percibe cómo la obra de Bartolomeo adquirió en sus últimos años un mayor sentido del volumen, de la profundidad y del movimiento, probablemente influido por Tiziano. Nunca perdió, sin embargo, su interés por los materiales elaborados, ni su preferencia por el color rojo oscuro. Los documentos, que confirman su muerte en Turín en 1531, sugieren también que pudo haber residido en esta ciudad los años anteriores a su fallecimiento.

 

Obras