Nacido en Siena, probablemente a finales del siglo XIV, fue pintor e iluminador. Aunque se desconoce su formación, se cree que pudo aprender el oficio con artistas como Gregorio di Cecco, Benedetto di Bindo o Martino di Bartolomeo. Está documentado por primera vez en 1417, gracias a un pago recibido por la realización de un libro de horas.

Giovanni di Paolo refleja en su obra, y de manera más evidente en su primera época, la influencia de la pintura tardogótica, especialmente la sienesa, con la sinuosidad de líneas y la importancia concedida a los elementos decorativos que combina con una brillante imaginación. También se observa una evolución estilística en su obra, en parte debido al conocimiento del trabajo de artistas como Gentile da Fabriano, que residió en Siena entre 1426 y 1427, y que se refleja en la concesión que da a los detalles naturalistas. Un claro ejemplo son las pinturas realizadas para la iglesia de Santo Domingo de Siena, hoy en la Pinacoteca Nazionale de la misma ciudad, de hacia 1420; el políptico Pecci repartido entre la pinacoteca sienesa y la iglesia parroquial de Castelnuovo Berardenga de 1426, y el políptico Branchini, actualmente conservado en el Norton Simon Museum de Pasadena, realizado un año después. En 1441 es nombrado Rettore del Ruolo dei pittori de Siena, y es en esa dé cada en la que colabora con Sano di Pietro y en la que logró su madurez artística. En ese periodo la influencia de Sassetta y de las nuevas generaciones de pintores, así como de algunos rasgos del arte florentino, quedan patentes en su estilo. Su ritmo adquiere una monumentalidad en las formas y una mayor plasticidad que hace evolucionar sus composiciones. A partir de entonces llevó a cabo gran parte de sus obras maestras, y su taller recibió una numerosa cantidad de encargos. Entre éstos destacan La Creación, La expulsión del Paraíso y El Paraíso del Metropolitan Museum of Art de Nueva York; posterior es una serie de diez escenas que relatan la vida de santa Catalina, repartida entre diferentes colecciones. En sus últimos años se produce un retroceso en sus formulaciones, así como una mayor participación de su taller. Giovanni di Paolo dictó su testamento el 29 de enero de 1482 y murió en marzo de ese mismo año.

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