Neroccio di Bartolomeo di Benedetto de' Landi del Poggio, pintor y escultor, nació en el seno de una aristocrática familia sienesa. Es muy probable que Neroccio entrara como aprendiz en el taller de Lorenzo di Pietro, también llamado «Il Vecchietta», pues con él se formaron casi todos los artistas sieneses de la segunda mitad del siglo XV. La obra más antigua de Neroccio se puede fechar ya en 1468, cuando la cofradía de San Jerónimo de Siena le encargó un retablo y una escultura de terracota policromada (Coor, 1961). Cuando todavía trabajaba como aprendiz, Neroccio conoció a Francesco di Giorgio Martini, arquitecto, pintor e ingeniero que en 1469 se casó con una prima suya y con el que se asoció en 1474. Aunque el arte de Neroccio estuvo muy influenciado por algunos artistas del Trecento como Simone Martini, también está en deuda con el ambiente artístico que por aquellos años se vivía en Siena, y en particular con Sassetta, Vecchietta y Matteo di Giovanni. En la primera etapa de su creación, ejecutó varios retablos, entre los que cabe destacar la Virgen con niño y santos (Siena, Pinacoteca Nazionale) y el luneto de la Anunciación (Yale University Art Gallery), ambos de 1475 aproximadamente. Por aquella misma época Neroccio pintó también una de sus mejores obras: el Retrato de una dama (Washington National Gallery) que todavía hoy se considera un raro ejemplo del género en el Quattrocento sienés. Además, como muestra de la madurez del estilo de Neroccio cabe mencionar la Virgen con niño y santos de la década de 1490 (Indianapolis Museum of Art). A lo largo de su carrera, Neroccio de' Landi ejecutó principalmente pinturas religiosas de pequeño formato que se caracterizan porque sus personajes, delicadamente delineados, están inmersos en unos ambientes líricos e idealizados. Sus elaboradas formas y su refinado cromatismo, junto con su notable capacidad para trabajar con diferentes materiales y soportes, lo convierten en uno de los artistas más solicitados de la región sienesa.

Dominique Lora

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