Mark Rothko fue uno de los máximos representantes de la abstracción americana. A través de su personal lenguaje pictórico, que enlazaba con la tradición europea de lo sublime, el artista quería expresar las más básicas emociones universales, como la tragedia o el éxtasis.

Markus Rothkovitz nació en Rusia en el seno de una familia judía que emigró a Oregón en 1910; a partir de 1940 firmó sus obras como Mark Rothko. Aunque estudió con Max Weber en la Art Students League de Nueva York en 1924, siempre se consideró un pintor autodidacta. De 1929 hasta 1952 ejerció como profesor de arte en algunos centros de Nueva York, para lo cual desarrolló un particular programa de enseñanza. En los años treinta su pintura estaba dominada por un tipo de figuración expresionista. En 1935 fue fundador, junto a Adolph Gottlieb, Ilya Bolotovsky y Louis Harris, del grupo The Ten, cuya principal finalidad iba dirigida a la organización de exposiciones de sus miembros. Las muestras Cubism and Abstract Art y Fantastic Art, Dada, Surrealism, organizadas en 1936 por Alfred J. Barr en el Museum of Modern Art, ejercieron una enorme influencia sobre él y su obra derivó hacia planteamientos surrealistas. Tras la Segunda Guerra Mundial, conoció a Clyfford Still y ambos comenzaron a investigar las posibilidades de la color field painting (pintura de campos de color). Hacia 1950, Rothko ya había abandonado las referencias figurativas y había comenzado a desarrollar la personal abstracción que definiría desde entonces su pintura. En sus grandes lienzos, amplios campos de color rectangulares de perfiles indefinidos flotan suspendidos sobre fondos monocromáticos.

Rothko se vinculó a la galería de Peggy Guggenheim, Art of This Century, y pronto se le reconocería como uno de los principales componentes de la emergente Escuela de Nueva York. En 1961 el Museum of Modern Art de Nueva York organizó una exposición retrospectiva de su pintura.

A lo largo de su vida Rothko recibió varios encargos de pintura mural: para la Harvard University, Cambridge, en 1961, y para una capilla en Houston, en 1964, que tras la muerte del artista se convertiría en la Rothko Chapel.

A finales de los años sesenta, en medio de una crisis depresiva, pintó una serie de obras con pintura acrílica negra que evocaban su profunda melancolía. Incapaz de superar este estado de ánimo, terminaría suicidándose en 1970.

Obras