Nacido en Amberes, en 1627, recibió su educación artística de su padre, el escultor Jan Siberechts. En 1649 está registrado como maestro en el gremio de San Lucas de su ciudad natal. Entre sus primeras obras conocidas se encuentran varios paisajes, en los que se aprecian fuertes influencias de los pintores italianizantes, aunque no hay indicios de que viajara a Italia. A partir de 1661 Siberechts desarrolló un estilo completamente personal, inspirado en la vida rural de los Países Bajos. En sus paisajes la presencia humana adquiere una gran importancia, siendo sus figuras de un tamaño algo mayor de lo que era habitual en el género. Siberechts se sintió atraído sobre todo por los personajes femeninos, mujeres fuertes que destacan por su corporeidad y solidez, que realizan actividades relacionadas con el trabajo agrícola. Uno de los motivos que más utilizó fue el de los campesinos con sus ganados, carros de heno y verduras, atravesando un camino inundado o un riachuelo, como Abrevadero con carro de heno (Karlsruhe, Staatliche Kunsthalle) o El vado (Viena, Kunsthistorisches Museum), tema éste que le permitió experimentar con los reflejos de la luz en el agua. En sus pinturas llama la atención el colorido de sus paisajes, en los que los blancos, rojos y amarillos de los vestidos de las figuras contrastan sobre el fuerte verde de la vegetación. A partir de 1665 se aprecia en sus obras un interés creciente por el volumen y la forma, como en El remanso (Amberes, Koninklijk Museum), donde ha reducido el número de personajes ostensiblemente, insiste más en el modelado y sus protagonistas se sitúan en un lugar destacado como es el primer plano.

George Villiers, segundo duque de Buckingham, conoció la obra de Siberechts en 1670, durante un viaje a los Países Bajos, invitándole a Inglaterra para decorar su residencia de Cliveden. En las décadas de 1670 y 1680 viajó por toda Inglaterra, realizando numerosos encargos y llegando a alcanzar gran prestigio entre los miembros de la nobleza. Durante estos años realizó paisajes de la campiña y escenas de caza ambientadas en palacetes de campo. Estas últimas son de gran interés topográfico e histórico, al ser uno de los primeros ejemplos que retratan este tipo de conjuntos. Su pintura ejerció una gran influencia sobre los paisajistas británicos.

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