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Una de las definiciones del término simbiosis es la relación de ayuda o apoyo mutuo que se establece entre dos o más personas o entidades, especialmente cuando trabajan o realizan algo en común. Cuando Alberto me pidió que escribiera unas líneas para el blog contando cómo estaba siendo la experiencia de los participantes de Grupo AMÁS y de los validadores de AMÁS Fácil en la creación de la novela gráfica, no se me venía a la mente otra palabra que esta, simbiosis.
Desde que comenzamos nuestra participación en este proyecto, allá por el mes de noviembre, se respiraba en el ambiente un clima de calidez y confianza embriagadora. Tanto Aitor, creador de las historias en textos e ilustraciones y coordinación de las sesiones, y Alberto como coordinador del proyecto y de las sesiones, consiguieron desde el primer día que las personas participantes nos sintiéramos a gusto y generáramos una confianza los unos con los otros que difícilmente se hubiera dado en otras circunstancias. Porque es sorprendente que personas de tan diversa índole, que pertenecen a diversos colectivos, hayan podido conectar de una manera tan estrecha y cercana. La dinámica y calidez humana que se respiraba los dos martes de cada mes que nos reuníamos en las sesiones en el museo, daba la impresión de que servía a las personas participantes para abstraerse un ratito de la vorágine estresante de la vida que teníamos fuera de las paredes del museo.
Y llegó la pandemia, la dichosa pandemia. De repente nuestra normalidad se vio rota de la noche a la mañana por algo invisible y desconocido. Y tuvimos que improvisar para poder adaptarnos a una nueva forma de vida de la que nadie estaba seguro ir por el camino adecuado.
Más allá de caer en la desidia y con la ayuda de Alberto, Aitor, y Begoña el grupo se reorganizó para seguir con el proyecto. Se creó un grupo de WhatsApp por el cual seguimos todos en contacto. Aitor nos va mandando las historias que va creando y todos vamos aportando y opinando en el proceso. Pero sorprendentemente, y cuando más distanciados físicamente estábamos, más cercanos nos sentimos los unos de los otros, porque el grupo se ha convertido en un lugar donde hablarnos, apoyarnos y saber los unos de los otros en esta situación complicada para todos, creando, aún más si cabe, un vínculo maravilloso.
Respecto a la participación de AMÁS Fácil en el proyecto, también hubo que reinventarse. Aitor me manda los textos para que repase la redacción de los mismos y los adapté según las pautas de lectura fácil, cosa que resulta bastante sencilla ya que la Aitor fue asesorado anteriormente al respecto, y además su forma de escribir ya de por si se acercaba mucho a ello.
Por otro lado, cuando el texto está adaptado y las ilustraciones realizadas, los capítulos se mandan a validar al grupo de validadores. Igualmente hemos improvisado una nueva metodología de validación. La validación por videoconferencia, por el cual los validadores reciben los capítulos a través de WhatsApp y los leen y anotan las propuestas de cambio. Después a través de vídeollamada vamos leyendo y comentando las distintas propuestas que han hecho. Esta actividad ha servido para hacer un poquito más amenos los largos días de confinamiento.
Por eso quiero acabar dando las gracias a todos los participantes, por haber creado esta simbiosis tan maravillosa. Del primero al último. Y por demostrar que los momentos complicados pueden ser mucho menos complicados, si todas las personas, aun siendo diferentes, aportan ganas y humanidad. Y de eso, que parece que ahora en la vida falta, en este grupo sobra.
PD: Emilio estoy deseando ir a comer caracoles cuando termine todo esto.
Y llegó la pandemia, la dichosa pandemia. De repente nuestra normalidad se vio rota de la noche a la mañana por algo invisible y desconocido. Y tuvimos que adaptarnos para continuar los proyectos... ¿Cómo? Aquí os lo cuento!
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