Cranach, que tomó por apellido el nombre de su ciudad natal en Franconia, Kronach, se formó como pintor en el taller familiar. Hacia 1490 viajó por el sur de Alemania, estableciéndose luego en Viena, donde está documentado entre 1500 y 1504. Allí frecuentó los círculos humanistas que habían surgido en torno a la Universidad. De esta etapa son los retratos de Johannes Cuspinian y de su esposa, en Winterthur, y El descanso en la huida a Egipto, en la Gemäldegalerie de Berlín. En 1505 se encuentra en Wittenberg donde fue requerido por el elector Federico III como pintor de corte. En 1508 realizó un viaje, en misión diplomática, a la corte del emperador Maximiliano en los Países Bajos, percibiéndose en su producción, tras su regreso, una suavidad en el modelado de sus personajes. En esos años se han fechado Venus y Cupido, del Ermitage, y La Virgen y el Niño con un racimo de uvas, del Museo Thyssen-Bornemisza. Cranach pasó en Wittenberg los años siguientes hasta su traslado a Augsburgo y luego a Innsbruck, acompañando en su exilio al elector Juan Federico de Sajonia. En 1552 se trasladó junto con el elector a Weimar donde falleció en 1553. Pintor vinculado a las ideas reformistas, cultivó, junto con el retrato, la pintura religiosa y el diseño gráfico. Son especialmente notables las series de grabados ejecutadas entre 1505 y 1509. A partir de 1520 el artista se dedicó con más intensidad a la ilustración, realizando imágenes para los libros de los reformadores y escenas bíblicas. Dirigió un taller importante que tuvo una gran actividad y en el que colaboraron sus dos hijos. Entre sus obras más destacadas se encuentran el Tríptico con los tres electores, en la Kunsthalle de Hamburgo, La Edad de Oro, de la Alte Pinakothek de Múnich, sus retratos de los electores y de otros miembros de la corte, y sus personalísimas representaciones de Judith, Salomé, Venus y ninfas.

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