El pintor y grabador alemán Erich Heckel fue uno de los fundadores en Dresde del grupo expresionista Die Brücke (El Puente) y uno de sus miembros más activos. Recibió clases de pintura y dibujo en Chemnitz, donde conoció a Karl Schmidt-Rottluff. En 1904 se trasladaron juntos a Dresde a estudiar arquitectura en la Technische Hochschule, donde coincidieron con Ernst Ludwig Kirchner y Fritz Bleyl. En junio de 1905, al abandonar los estudios técnicos a favor de la pintura, crearon el grupo Die Brücke, del que Heckel actuó como aglutinador y organizador. Ese mismo año tendría la oportunidad de ver por primera vez pinturas originales de Van Gogh en la Galerie Arnold de Dresde. Tanto Heckel como el resto del grupo se entusiasmaron por el arte del holandés, cuya influencia sería evidente en sus obras hasta 1910. En el verano de 1907 fue con Schmidt-Rottluff por primera vez a Dangast, en el Mar del Norte, donde alcanzó la madurez de su estilo. En la primavera de 1909 viajó a Italia y pasó el verano con Kirchner y Pechstein en los lagos de Moritzburg, junto a Dresde. Como el resto de los componentes de Die Brücke se trasladó a Berlín en 1911, donde poco después se disolvió el grupo. Durante la Primera Guerra Mundial actuó como voluntario de una unidad médica en Bélgica y posteriormente se unió al revolucionario Novembergruppe. En 1922-1923 realizó un ciclo mural en el Angermuseum de Erfurt titulado Los estados del ser.

Con la llegada del nazismo sus obras fueron confiscadas y diecisiete de ellas expuestas en la tristemente famosa exposición Entartete Kunst (Arte degenerado). Los bombardeos de 1944 a la ciudad de Berlín destruyeron completamente su estudio y un gran número de sus obras. Una vez finalizada la guerra, ejerció de profesor en la Akademie der Bildenden Künste de Karlsruhe entre 1949 y 1955. Vivió sus últimos años retirado en Hemmenhofen, cerca de Radolfzell, junto al lago Constanza, donde murió.

Su inicial estilo expresionista, dentro de las pautas marcadas por Die Brücke, estuvo centrado siempre en el paisaje con o sin figuras. Realizó también numerosos grabados en madera de gran simplificación formal. En los años veinte evolucionó a formas más cercanas a la Neue Sachlichkeit (nueva objetividad), y el color fue dando paso a una mayor importancia del grafismo. Durante sus últimos años volvió a un tipo de pintura expresionista, formal y cromáticamente menos agresiva y violenta que la de su primera época.

Obras