Jean-Honoré Fragonard nació en Grasse y en 1738 se trasladó a París, donde, por consejo de François Boucher, comenzó su aprendizaje con Chardin. Al poco tiempo Fragonard entró en el estudio de Boucher y, en 1752, a pesar de que no era alumno de la Academia, se le permitió concursar en el Prix de Roma, que ganó con la obra Jerobán ofreciendo sacrificios a los ídolos, en París, en la École Nationale Superieure des Beaux-Arts. En 1753 ingresó en la École Royale des Elèves Protéges, donde permaneció hasta 1756, año en el que viaja a Roma. Durante su estancia en Italia conoció al pintor Hubert Robert, y al abate Saint-Non, con quienes visitó Nápoles, Bolonia, Venecia y Génova, itinerario que Fragonard documentó realizando numerosos dibujos, muchos de los cuales se conservan en Londres en el British Museum.

A partir de 1761 se encuentra de nuevo en París, donde durante los años siguientes trabajó realizando encargos para coleccionistas y marchantes. En 1765 Fragonard entró en la Academie Royale, para cuyo ingreso pintó Coreso y Calírroe, del Musée du Louvre. Además de cuadros de caballete, el artista también ejecutó para los palacios de la alta sociedad francesa decoraciones, de las cuales sólo ha llegado intacta hasta nuestros días Los progresos del amor, ejecutada, por encargo de la condesa du Barry, para el pabellón del castillo de Louveciennes, hoy conservada en la Frick Collection de Nueva York. En general Fragonard prefirió las pinturas galantes que los clientes privados demandaban, como el famoso Columpio, de The Wallace Collection de Londres, realizada para el barón de Saint-Julien; por este motivo apenas tuvo presencia en las exposiciones del Salon durante los años siguientes. Con la llegada de la Revolución en 1789 Fragonard abandonó París. A su regreso, en 1792, el artista se encontró sin protectores ni clientela. Murió en París, en 1806.

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