1 de mayo: museo cerrado.

En el ángulo inferior izquierdo de la pintura figura la inscripción «Goya a su amigo Asensi». Este dato, junto al hecho de que al personaje se le representa con un fondo de andamios y vigas donde aparecen objetos relacionados con la pintura como pinceles, apunta a que el retratado podría ser identificado como el pintor valenciano Asensio Juliá. Éste colaboró con Goya en la decoración al fresco de la ermita de San Antonio de la Florida (Madrid) en las mismas fechas en las que se ha datado el óleo.
El lienzo, de alta calidad técnica por la disposición del modelo y por la soltura de las pinceladas, puede considerarse un anticipo de la pintura romántica.
 

«Goya a su amigo Asensi» es la inscripción que figura en el borde inferior izquierdo del lienzo. Esta dedicatoria del pintor y el entorno en el que se ha instalado al personaje han llevado a sospechar que el retrato pueda ser el del pintor valenciano Asensio Julià, colaborador de Goya en la ermita de San Antonio de la Florida. Los andamios de madera con sus vigas y listones, iluminados detrás de la figura, la mesa de trabajo a la izquierda, los tablones a los pies del personaje, junto con los cuencos de pintura y el puñado de pinceles esparcidos por el suelo, hacen suponer que el interior elegido por Goya sea la misma ermita de San Antonio de la Florida. Esta hipótesis fue apuntada por Yriarte, en 1867, cuando hizo un comentario al cuadro que por aquel entonces pertenecía a la colección de los duques de Montpensier en el palacio de San Telmo en Sevilla. Yriarte sugirió que tal vez podría tratarse del retrato de un pintor por los utensilios que le acompañan, y que el interior, con los andamios montados, podría ser el de un espacio religioso en cuya decoración se estaba trabajando. Goya estuvo ocupado en la decoración al fresco de la cúpula de esta ermita madrileña, en la que representó El milagro de san Antonio de Padua, en 1798, fecha en la que se ha situado este retrato.

Asensio Julià Alvarrachi (1760-1832) estudió en la Real Academia de San Carlos de Valencia, donde está documentado en 1771, muy joven, y donde continuó hasta 1775. Su primera actividad conocida en la Academia de Bellas Artes de San Fernando es de 1783, fecha registrada en el documento donde aparece como aspirante para continuar sus estudios en la institución madrileña. En esta Academia ocupó, más tarde, el cargo de director adjunto de la Escuela Real de la Merced de Madrid, llevando la dirección de una de las secciones llamada de «ornamentos». Según Gil Salinas, el primer contacto entre los dos pintores tuvo lugar en Valencia, en 1790, donde Goya se había desplazado por motivos de salud de su esposa. En la correspondencia entre Goya y su amigo Zapater, se ha subrayado un fragmento de una carta del primero, fechada el 5 agosto de 1789, en la que comenta: «Aquí se me ha presentado hoy Asensio, que pretende aprobarse por esta Academia de Ma[es]tro de Obras, el que me ha traído su carta de recomendación». Se ha subrayado en alguna ocasión que la referencia a Asensio Julià hay que interpretarla como pintor y profesor de ornamentos y no como maestro de obras.

En este pequeño retrato, Wilson-Bareau y Mena Marqués han señalado la anticipación del artista respecto del movimiento romántico que irrumpiría a principios del siglo XIX. Goya, continuando con el comentario de estos autores, crea un retrato donde combina una imagen calculada, por la posición con la que capta el cuerpo de su amigo Asensi, e instantánea, por el giro que da a la cabeza, y en donde el artista se interesa por transmitir el ambiente que rodea a la figura. El mismo Yriarte vió en la pequeña tela una obra de una alta calidad, ejecutada con gran soltura y de finura exquisita.

La procedencia de esta pintura, recogida en los catálogos de la Colección desde su adquisición en 1971 en Sotheby’s, Londres, y en la bibliografía anterior, situaba la obra en la Galería Española de Luis Felipe. No obstante, las investigaciones de Juliet Wilson-Bareau y de Gudrün Mühle-Mauer han modificado y corregido las primeras referencias sobre la historia del óleo. Según parece, el origen de la noticia fue un comentario hecho por Charles Yriarte aparecido en su monografía sobre el pintor donde asignaba la pintura a la Galería de Luis Felipe. Sin embargo, el lienzo de Asensio Julià se encuentra inventariado, en 1846, entre los bienes de la reina María Cristina, en el palacio de Vista Alegre de Madrid. Asimismo, la pintura pudo pertenecer al mismo Asensio y ser adquirida tras su muerte en 1832. El óleo, finalmente, pasó a formar parte del patrimonio del príncipe Antoine de d’Orleans y de la infanta Luisa Fernanda, hija menor de la reina, duques de Montpensier, y decoró el palacio de San Telmo en Sevilla, donde la colección se trasladó tras la venta del palacio de Vista Alegre. Antes de llegar a la colección Thyssen-Bornemisza, el retrato salió a la venta en París en tres ocasiones: dos en Durand-Ruel y, diez años más tarde, en Arthur Sachs. El retrato volvió a aparecer en el mercado de arte el siglo pasado, a principios de la década de 1970, momento en que fue adquirido para la colección Thyssen-Bornemisza.

Mar Borobia

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