Los numerosos cuadros con el tema de la Anunciación que El Greco pintó nos permiten estudiar la evolución de su estilo pictórico a través del episodio bíblico. Esta pintura, fechada hacia 1576, se considera una de las últimas versiones realizadas en Italia, a la vez que denota una gran influencia de la pintura veneciana. La Virgen, a la izquierda en el reclinatorio, recibe atenta la visita del arcángel, figura ésta que recuerda por su impronta al Veronés. La luz y el color muestran la admiración del pintor por el cromatismo de las obras de Tiziano, mientras que en el estudio y el tratamiento de los ropajes está patente la huella de Tintoretto. Aquí, El Greco se vale de un escenario arquitectónico sencillo, que enmarca a los personajes con soltura, en un intento de dar veracidad a la escena.

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La Anunciación fue un tema que El Greco repitió en varios momentos de su carrera. Este episodio de la vida de la Virgen, junto con otros como la Adoración de los pastores, las representaciones de san Pablo o las de san Francisco místico, constituyen en su trayectoria atractivas series que permiten reconstruir su estilo y evolución a través de un mismo asunto. En el caso de la Anunciación, su comparación con lienzos o tablas de su periodo italiano y español ejemplifican la transformación que experimentó su estilo. En los inventarios realizados a la muerte del pintor, en 1614, y con motivo del matrimonio de su hijo Jorge Manuel, en 1621, se encontraban registradas varias obras con la Anunciación.

Esta tela fue una adquisición de Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza realizada en 1975. La pintura perteneció al príncipe Corsini, en Florencia, pasando después a la colección de Luigi Grassi, con sede también en Florencia. En 1927 se localiza en Londres, y posteriormente en dos galerías: Trotti et Cie en París y Knoedler en Nueva York. De Estados Unidos pasó otra vez a Florencia, a la colección de Alessandro Contini-Bonacossi, último propietario antes de entrar en Villa Favorita. Mientras estuvo en esta colección, la obra participó por primera vez en una exposición celebrada en Roma, en 1930.

Esta Anunciación, fechada hacia 1576, se inscribe dentro de su periodo italiano y ha sido considerada una de las últimas versiones del tema realizadas por El Greco en Italia. El modelo, como ha señalado Álvarez Lopera, deriva de la pequeña Anunciación pintada en una de las alas del Tríptico de Módena, más que de las versiones conservadas en el Museo del Prado y en la colección Muñoz. Analizando el Tríptico de Módena y la tela del Museo Thyssen Bornemisza, hallamos similitudes en multitud de detalles, como son la posición y fisonomía de la Virgen, la forma del reclinatorio, las ropas del arcángel e inclusive la colocación de los brazos y de la pierna izquierda de María. En las obras del Museo del Prado y de la colección Muñoz, la Virgen mantiene el tronco casi recto, girando la cabeza hacia el ángel, y su pierna izquierda más pegada al pupitre. La postura que El Greco elige para su figura, tanto en el Tríptico de Módena como en la tela del Museo Thyssen-Bornemisza, se define con una diagonal organizada con el eje del cuerpo y la pierna, cuya rodilla se marca entre las telas.

La pintura fue objeto de estudio por parte de Venturi, que la dio a conocer a un importante sector de la crítica de arte; Wethey la consideró como uno de los trabajos «más gratos» de la primera época del pintor. El Greco recurre para componer este lienzo a una serie de pormenores y elementos concretos extraídos de pintores italianos a los que el cretense estudió. Sin embargo, estos préstamos se transmutan en sus telas fundiéndose con maestría y creando una obra cuyo resultado final es personal. Esta Anunciación se inspira en composiciones del mismo tema de Tiziano y Tintoretto, aunque El Greco invierte en sus composiciones el lugar destinado a los protagonistas. Referencias más concretas se encuentran en la Anunciación de Tintoretto de la Scuola de San Rocco, de donde Theotokópoulos toma como punto de referencia las figuras. Del Tintoretto también copia, aunque sin ejemplos precisos, el tratamiento que da a los paños. De la obra del Veronés deriva la figura del arcángel de esta composición, de refinada y elegante pose. La luz y el colorido están tomados de las obras de Tiziano, maestro al que admiró en el uso del color y al que consideró inigualable en ese arte.

La Anunciación del Museo Thyssen-Bornemisza supone un paso más en la formación del Greco como pintor occidental. Aquí ya no utiliza complicadas arquitecturas para crear el espacio: el ajedrezado del suelo, el cortinaje rosa, la balaustrada que corta el fondo y la consistencia con que coloca a los personajes son los medios de los que se vale para dar veracidad a la escena. El pintor ha evolucionado respecto a las composiciones del Tríptico de Módena y de la tabla del Museo del Prado, elaborando de nuevo el tema en el que se ha esforzado en diferenciar las distintas naturalezas de los personajes: la humana de la Virgen y la celeste del arcángel. Incluso el rompimiento de gloria que ocupa la zona superior tiene un desarrollo mayor que en las anunciaciones realizadas con anterioridad. La valentía de los escorzos de algunos de los ángeles que asoman entre las nubes son un presagio de lo que El Greco pintará en España.

Mar Borobia

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