La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza constituye una prolongación de la Colección del Museo Thyssen al tiempo que una apuesta valiente por el arte español.

Aunque Carmen Cervera, alentada por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, empezó a adquirir obras de arte en torno a 1987, fue en 1993 cuando tomó conciencia de su papel como coleccionista. El Museo Thyssen había abierto sus puertas en octubre del año anterior, y en junio se firmó la compra definitiva de las obras por el Estado español. Una vez alcanzada la estabilidad del núcleo fundamental de la colección, el barón procedió al reparto del resto de cuadros y bienes entre los diversos miembros de la familia. Ante el temor a una nueva disgregación de la colección, como la que se había producido con la herencia del primer barón, se decidió que el grueso de las obras pasase a la propiedad de la baronesa, muy implicada por entonces tanto en el Museo, como en las nuevas adquisiciones de obras de arte por parte del barón. Dicho conjunto, integrado por obras de Canaletto, Fragonard, Courbet, Boudin, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse, Picasso, Kirchner, etc., conforma todavía hoy el núcleo central de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.