El Gobierno de México declaró 2025 como el Año de la Mujer Indígena, en reconocimiento a la presencia y las aportaciones de los pueblos originarios que, por más de treinta siglos, han habitado su territorio y dado forma a la nación, de la cual las mujeres indígenas son fundamento, sostén y estructura: guardianas de la memoria, las lenguas, las tradiciones y los saberes ancestrales que han preservado, resignificado y adaptado a los nuevos tiempos.

En este marco, el Gobierno de España, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) y el Gobierno de México, mediante la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con la Casa de México en España, el Ministerio de Cultura de España, el Instituto Cervantes y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), presentan el proyecto expositivo La mitad del mundo: la mujer en el México indígena, del cual forma parte esta exhibición dedicada a la Señora Tz´aka´ab Ajaw, la "Reina Roja" de Palenque, importante mujer maya del siglo VII que ejemplifica el poder y la relevancia que llegaron a tener las mujeres de las élites gobernantes, quienes extendieron la influencia de sus linajes, participaron activamente en la política y la vida ritual, y fueron custodias de los libros sagrados.

Introducción

La civilización maya floreció hace más de tres milenios en el sureste de México, Guatemala, Belice, parte de Honduras y El Salvador. Sus sistemas calendárico y de escritura jeroglífica, sus profundos saberes matemáticos y astronómicos, su arquitectura monumental y su refinado arte dan cuenta de su grandeza. Pero no se trata de una mera cultura del pasado: hoy más de treinta pueblos mayas habitan casi los mismos antiguos territorios, hablan lenguas derivadas de su ancestral tronco común lingüístico, el protomaya, y conservan la esencia de sus costumbres y creencias.

Entre las antiguas ciudades mayas, Lakamha', "(lugar de) Agua grande", hoy Palenque, destaca como un prodigio en la selva chiapaneca.
Su arquitectura revela el poderío de la dinastía encabezada por K´inich Janaab´Pakal-Pakal "el Grande"- quien en el siglo VII impulsó el esplendor artístico y político de la ciudad. A su lado gobernó su esposa, la señora Tz´aka´ab Ajaw, la "Reina Roja", cuya historia es testimonio de la fuerza y el legado de las mujeres mayas.

 

Máscara Señora Tz’aka’ab Ajaw, la “Reina Roja” de Palenque

"Reina Roja"

El 13 de noviembre de 672, cuando tenía entre 55 y 60 años, la señora Tz'aka'ab Ajaw "entró en el camino" al exhalar su "blanca flor". Su cuerpo fue inhumado en una cámara mortuoria en el Templo XIII-sub, en compañía de dos víctimas sacrificadas. 

El evento de entierro, mukna': debió de realizarse entre dos y diez días después de su última respiración. Su cuerpo y su sarcófago monolítico fueron cubiertos con cinabrio (sulfuro de mercurio), preciado colorante carmesí, vivificante para los mayas. 

Fue sepultada con los objetos que usó en vida y que le acompañarían en su largo trayecto al inframundo, así como con una máscara de mosaico de malaquita y un elaborado tocado a modo de corona hu'unal - propia de la élite gobernante maya- que cobijaban su semblante y que representan los títulos que mantendría para las generaciones venideras, aquellos vinculados con su estirpe y su largo y destacado linaje dinástico. Su cuerpo se constituyó en reliquia, punto de enlace entre su nuevo lugar de permanencia postmortem y la tierra, entre los vivos y los muertos.

"Reina de los innumerables linajes"

La señora Tz´aka´ab Ajaw (o Ahpo Hel) nació en la segunda década del siglo VII en el seno de la familia real de Uhx Te' K´uh. En el año 626 llegó a Palenque y contrajo matrimonio con el gobernante K´inich Janaab´Pakal, fortaleciendo alianzas políticas y asegurando la continuidad dinástica. La pareja tuvo al menos tres hijos, dos de los cuales fueron gobernantes: K´inich Kan B´ahlam II y K´inich K´an Joy Chitam II. El tercero, Tiwo'hl Chan Mat, falleció antes de acceder al poder.

Su nombre significa "Reina de los innumerables Linajes" o "señora Gobernante de Generaciones", y fue sin duda una poderosa matriarca que completó el rol de su esposo. Diversos monumentos de Palenque muestran su nombre y títulos, y los atributos iconográficos de sus retratos sugieren una participación en ceremonias dinásticas y rituales de legitimación, en la promoción de obras arquitectónicas y artísticas, la organización de banquetes y la supervisión de la producción textil, así como en la vida política y bélica de la ciudad.

Ilustración del panel de Dumbarton Oaks

Panel de Dumbarton Oaks

En esta escena, K´inich K´an Joy Chitam II danza encarnado en el dios Chaahk, señor de las tormentas y los sacrificios, flanqueado por sus difuntos padres: 
K´inich Janaab´Pakal (a la derecha), con una figura del Dios Bufón en las manos, y la señora Tz´aka´ab. Ajaw, sosteniendo una estatuilla de K´awiil, deidad de los gobernantes que simboliza la abundancia, el poder y la fertilidad.

Ilustración escena de entronización (detalle)

Tablero del palacio (detalle)

Esta escena ilustra la entronización de K´inich K´an Joy Chitam ocurrida el 30 de mayo de 702. Sentado en un trono de tiburón bicéfalo, recibe los iconos del poder de sus difuntos padres desde el espacio sagrado: K´inich Janaab´ Pakal, sobre un asiento de jaguar, le ofrece el tocado señorial llamado "tambor principal", mientras que la señora Tz´aka´ab Ajaw, en un trono de serpiente, le entrega el took´pakal ("cuchillo-escudo"), símbolo de la guerra ancestral divina.

Ilustración Tablero del templo XIV

Tablero del templo XIV

Este tablero muestra otra escena póstuma: K´inich Kan B´ahlam danza frente a su madre, la señora Tz´aka´ab Ajaw quien, según las inscripciones, personifica a la diosa lunar. Le ofrece a su hijo la efigie del dios K´awiil, acto que lo legitima como gobernante aun después de muerto. La escena los sitúa en el mar primigenio y alude a un tiempo mítico, destacando a la reina como mediadora entre el linaje palencano, el poder y lo sagrado.

Entrar en el camino

Para los antiguos mayas, la muerte era consubstancial a la vida. Al morir iniciaba un proceso de desprendimiento gradual y prolongado de las fuerzas y entidades anímicas que deberían alcanzar su lugar en el universo. En el caso de los gobernantes, este tránsito requería complejos preparativos para evitar la disgregación espiritual y culminar en una apoteosis solar, como se narra en las inscripciones sobre la pareja real del siglo VII, K´inich Janaab´ Pakal y la señora Tz´aka´ab Ajaw. Los cuerpos de ambos fueron objeto de preparativos y rituales para asegurar su permanencia en el mundo astral, y posteriormente fueron venerados como ancestros que continuaron procurando el bienestar de Palenque y sirvieron como mediadores entre sus descendientes y los dioses.

Ilustración de Carlos Molina Petrich

Compañeros de viaje

El sacrificio de acompañantes para los difuntos fue una práctica reservada para los enterramientos de gobernantes y personajes de alto rango. Se creía que, al morir ritualmente, los sacrificios adquirían un carácter sagrado que facilitaba la comunicación con lo divino y ayudaban al difunto en su tránsito al inframundo. Es probable que las víctimas sacrificiales encontradas con la señora Tz´aka´ab Ajaw formaran parte de su séquito: un niño de nueve años, que murió decapitado, y una mujer a la que posiblemente le extrajeron el corazón.

Fragancia ritual

Este incensario se encontraba sobre la tapa del sarcófago de la señora Tz´aka´ab Ajaw y es probable que fuera utilizado durante el ritual de sepultura. Estaba colocado sobre una pequeña perforación circular hecha en la losa, posiblemente, el psicoducto, un canal que permitía al "alma" de la difunta abandonar su cuerpo para iniciar su tránsito por las entrañas de la tierra para luego emerger con los astros en el Este.

Incensario
Palenque, Chiapas
Siglo VII. Arcilla
Museo de Sitio de Palenque
Alberto Ruz L´Huillier. INAH
Ilustración del panel de Dumbarton Oaks (detalle)

Atuendo para el inframundo

El tocado mortuorio de la señora Tz´aka´ab Ajaw integra elementos que evocan las características de la deidad GI de la tríada de dioses patronos de Palenque, con atributos celestes, solares y acuáticos: emanación frontal, nariz bulbosa, pupilas en espiral, escamas serpentinas, diente de tiburón, colmillos enroscados y molares felinos. En el panel de Dumbarton Oaks vemos una imagen póstuma de la "Reina de los Innumerables Linajes" ataviada con tocado, diadema, orejeras, peto y brazaletes muy similares a los de su ajuar funerario.

Esquema de prendas funerarias

Prendas funerarias

  1. Tocado: jadeíta, piedra caliza y concha
  2. Diadema: albita, cuarzo, jadeíta y onfacita
  3. Collar: jadeíta y piedra caliza roja
  4. Pectoral: piedra verde, piedra caliza, concha y obsidiana
  5. Brazaletes: piedra verde
  6. Hachuelas de cinturón: piedra caliza
  7. Máscara (posiblemente de cinturón): jadeíta verde y blanca, cuarzo y obsidiana
  8. Cuentas de tobillera: jade

    Palenque, Chiapas - Siglo VII
    Museo del Sitio de Palenque
    Alberto Ruz L´Huillier. INAH
Reconstrucción facial de la señora Tz´aka´ab Ajaw a partir de tres retratos y su cráneo

Rostro para la posteridad

Las máscaras de mosaico de piedra verde - por lo general jadeíta -  fueron parte importante del ajuar funerario de los gobernantes mayas del periodo Clásico (250-900 d.C.), pues se creía que otorgaban al difunto un rostro para la posteridad. La de la señora Tz´aka´ab Ajaw fue hecha de malaquita, mineral dúctil que permitió reproducir con gran realismo sus característicos rasgos faciales provocados, tanto por su exuberancia, como por el modelado cefálico que le fue realizado durante sus primeros años de vida: base del cráneo inclinada, pómulos salientes, nariz aguileña y prominente, al igual que el mentón.

Hilos de luna

Sobre la tapa del sarcófago de la señora Tz´aka´ab Ajaw fueron encontrados objetos relacionados con la elaboración de textiles, una de las principales actividades que llevaban a cabo las mujeres desde temprana edad, sin importar su estrato social. Para los mayas, el tejido estaba metafóricamente vinculado con la reproducción y atribuyeron su creación a la diosa de la Luna, relacionada con la fertilidad, el nacimiento y la medicina.

Malacate y aguja
Palenque, Chiapas
Siglo VII. Hueso de animal y piedra verde
Museo de Sitio de Palenque
Alberto Ruz L´Huillier. INAH

Esencia sagrada

Dentro del sarcófago, a la izquierda de la cabeza de la difunta reina, fue colocada esta ofrenda consistente en una valva de Spondylus sp. y una pequeña figurilla de piedra caliza que, al parecer, la representa como Diosa del Maíz. La concha evoca el mar primigenio y la pequeña imagen podría interpretarse como receptáculo de la esencia sagrada de la señora Tz´aka´ab Ajaw y medio de comunicación ancestral.

Concha y figurilla
Palenque, Chiapas
Siglo VII. Concha Spondylus sp. y piedra caliza
Museo de Sitio de Palenque
Alberto Ruz L´Huillier. INAH

Ayudante divino

Esta figurilla fue encontrada en el suelo de la cripta de la señora Tz´aka´ab Ajaw y tiene la forma de un personaje con acondroplasia. Las personas con esta condición genética -frecuentemente representadas en figurillas y en vasijas con escenas palaciegas- eran consideradas ayudantes del Dios del Maíz, por ello también asistían a los gobernantes, tanto en las cortes reales como en el mundo de los muertos.

Figurilla-silbato
Palenque, Chiapas
Siglo VII. Arcilla
Museo de Sitio de Palenque
Alberto Ruz L´Huillier. INAH

Alimentos para el camino

En los escalones de acceso a la cripta de la señora Tz´aka´ab Ajaw se hallaron piezas de vasijas que probablemente contenían alimentos como tamales, atole o chocolate para que la difunta no careciera de sustento durante su arriesgado viaje al inframundo. Se creía que al llegar ahí, su "alma" ocuparía un sitio eterno, aunque podía regresar y participar en los rito de sus descendientes, como lo muestran los tableros en los que se representa a la "Reina Roja" como una presencia viva.

Vasos y plato
Palenque, Chiapas
Siglo VII. Arcilla
Museo de Sitio de Palenque
Alberto Ruz L´Huillier. INAH
Ilustración Tablero del templo XIV
Guía móvil
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