Por Coro Millares y Teresa de la Vega


Desde la Antigüedad, la pintura se ha servido de las flores para expresar una amplia gama de significados gracias a su perfume, su vívido cromatismo, sus formas caprichosas, sus métodos de cultivo o sus propiedades terapéuticas. La presente visita a la colección Thyssen-Bornemisza nos permite efectuar un recorrido por el arte occidental, desde las postrimerías de la Edad Media hasta la época actual, para indagar en las múltiples valencias que asumen los símbolos florales, en tanto que emblemas de elevación espiritual o de extravagante dispendio, de fidelidad conyugal o de lealtades dinásticas, de beatífica inocencia o de exótica sensualidad.

Obras del recorrido