Por Elisa Sopeña


¡Señor, arráncame del suelo! ¡Dame oídos que entiendan a las aguas!. Dame una voz que por amor arranque su secreto a las ondas encantadas

Mares, lagos, manantiales, arroyos y ríos inundan las salas del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza invitándonos a una placentera inmersión que vincula armoniosamente arte, historia y naturaleza. La contemplación de las obras maestras que conforman el recorrido Camino del agua nos permite desconectar de la realidad cotidiana para reencontrarnos con nosotros mismos a través de la belleza del agua y de la pintura. Un itinerario que evidencia que la expresión artística puede actuar, al igual que algunas aguas, como una fuerza sanadora para nuestro espíritu.

El elemento acuático, en sus diversas formas, ha inspirado algunas de las más hermosas composiciones de los grandes maestros quienes la han utilizado como un vehículo para transmitir su virtuosismo artístico valiéndose de su importante carga simbólica. Unas veces asociada al ciclo vital, otras al hedonismo o la regeneración, el agua y sus múltiples connotaciones están presentes de manera constante a lo largo de toda la historia del arte.

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Obras del recorrido